Resumen de El Espíritu Eterno

Tras la Guerra Civil Española muchos fueron los que se exiliaron a otros países. Entre ellos, la protagonista de esta historia: Marina Mun de Salcedo, una malagueña a la cual la muerte de sus padres y de algunos de sus amigos le ha moldeado una personalidad que ya de por sí era singular; misteriosa, liberal, segura de sí misma, culta y gran pianista, entre otras. Pues bien, ésta decide vivir en París donde se encuentra su amiga Deray y allí, entre fiestas y reuniones, irá ganado protagonismo en la sociedad francesa impregnada de nazis. Sus conciertos de piano serán muy seguidos y especiales, entre otras cosas por la luz que emana según los espectadores que la han visto.

La historia comienza cuando el comandante Kennen se enamora, o más bien se obsesiona perdidamente de ella. Este intentará conocer todos los detalles de su vida mientras planea encuentros aparentemente casuales. Finalmente, cansado de pasar desapercibido decide entrar en su apartamento y violarla.

Tras la agresión, Kennen opta por llevársela con él. Marina intentará escapar, en vano, en varias ocasiones, y será rescatada por el comandante nazi de numerosos peligros, pues no es el único que reclama la presencia de la pianista.

Marina, cada vez más sola debido a la muerte de casi todos sus seres queridos, se sentirá perdida y confundida hasta la aparición de Pancho, un perro callejero que se une a ella y que se convertirá en su más fiel compañero.

Cabe destacar, que Kennen esconde un gran secreto. Tiene bajo sus órdenes a expertos traductores encargados de trabajar sobre cuatro manuscritos, que podrían cambiar la historia de la fe y del inicio de la vida, tal como se conoce. Se trata del evangelio de María Magdalena, la historia de la Batalla de las Navas de Tolosa, las cavilaciones de Leonardo Da Vinci y el diario de la condesa de Bathory. Estos presentan un eje común, la existencia de Lilith: la primera mujer de la historia de la humanidad, que desafió a Dios, lo desobedeció y se convirtió en su contrario, en la muerte.

Mientras las investigaciones avanzan, Marina verá a Kennen como su clavo ardiendo al que debe agarrarse para sobrevivir y poco a poco la relación entre ellos evolucionará hasta convertirse en amor-odio consentido.

Cuando los enemigos del comandante lo acusan de traidor, ambos deciden escapar juntos, pero no sin antes recuperar las traducciones de los manuscritos. Todo avanza a la perfección hasta que el nazi enferma de septicemia y va apagándose paulatinamente.

Con las traducciones en su poder, éste saca conclusiones aparentemente increíbles, y es que parece que Marina guarda una extraña conexión con los cuatro manuscritos. Al borde de la muerte, descubre que ésta es Lilith, la muerte, el Espíritu Eterno. Sus últimas palabras las utilizará para desvelarle este gran descubrimiento.

Prólogo del Espíritu Eterno

A veces la vida transcurre sin sobresaltos ni emociones fuertes, simplemente va pasando y nunca nos preguntamos que hubiera sido de nosotros si hubiéramos elegido un camino diferente al que seguimos. Tampoco ronda nuestras cabezas el pasado que nos antecede, ni el de las personas que lo vivieron, pero es algo que debería estar en nuestra memoria por siempre. ¿Nadie se pregunta como sería el presente de nuestro país si no hubiera estallado una guerra en él?
Sin embargo, algo que si nos quita el sueño a más de uno es la muerte y todo lo que ésta conlleva.

Pues bien, en este libro no falta ni una cosa ni otra. Se trata de una historia enigmática que te deja en vilo hasta el final y que ayuda a comprender mejor la situación que se vivió en nuestro país. A la vez, tiene ese toque de humor propio de los malagueños, que hace tan cercana a la protagonista, y pinceladas de un amor-odio insostenible.
Se podría decir que es un Código Da Vinci malagueño, pero con reflexiones más profundas que te llevan a cavilaciones y pensamientos nuevos, y te hacen replantearte la idea de la existencia y de la muerte.

Si con esto aún no tienes curiosidad por saber que ocurre en esta interesante historia, te aconsejo que no tires la toalla y lo intentes, porque merecerá la pena.