domingo, 13 de diciembre de 2009

Comparación de artículos


Tras haber leído los artículos, no me queda ninguna duda de que prefiero el escrito por Domi del Postigo en el periódico
La opinión de Málaga. Me parece un tema muy cercano, que cuenta una situación con la que muchos nos podemos sentir identificados... ¿quién no ha visto situaciones similares en la calle? o incluso, ¿quién no ha actuado como algunas de las personas que aparecen en dicho artículo?

En nuestra sociedad, muchos se quejan de las injusticias existentes y de los problemas que nadie intenta resolver, pero muchas veces, estas mismas personas no actúan en consecuencia de sus actos, y pongo como ejemplo el artículo al que me estoy refiriendo. Y es que, en resumen, nadie se salva de las garras del egoísmo. Muchos nos podríamos preguntar porqué ningún taxista atendía al pobre anciano, que incluso con dinero en mano era rechazado, porqué la joven médico no intentaba ayudarlo o porqué ninguna persona de la calle se interesaba ni siquiera en mirarlo, pero...¿tú lo habrías hecho?

Por otro lado, pienso que a pesar de todo esto, el artículo nos alcanza un mínimo de esperanza con la actuación del hermano del autor, Antonio. Si esto ha ocurrido realmente, me alegra pensar que aún quedan personas de este nivel por mi ciudad, y me parece una gran idea dedicarle unas líneas.

Otra de las razones que me han llevado a decantarme por este artículo es el vocabulario y la expresión que utiliza, puesto que me ha resultado mas cómodo de leer y mas cercano al tipo de lectura que frecuento. Incluso me gustaría destacar la comparación que hace de la médico y el viejo, un tarro de perfume fresco y una zapatilla abandonada respectivamente, ya que, finalmente, todos somos algo material para los demás.

Respecto a los otros dos artículos, destaco como principal inconveniente los temas que tratan.
El de Antonio Gala se centra mayoritariamente en temas políticos, algo con poco interés para mí en cualquiera de sus ámbitos. Dedica sus líneas a criticar a políticos, a la vez que intenta dar apoyo a la agricultura, por lo que normalmente no habría dedicado mi tiempo en leerlo de no ser por esta actividad.

En cuanto al de Arturo Pérez-Reverte, tengo que decir que es un tema poco cercano al lector, como por ejemplo yo, que no conoce a la persona protagonista de las líneas. Utiliza un vocabulario muy coloquial, usando incluso palabras malsonantes, que se asemeja a una conversación entre dos colegas, y es que según dicen, es su forma de hablar normalmente. Al ser un autor consagrado, se puede permitir el lujo de escribir de esta forma sin resultar una catástrofe.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un mundo de locos



Hay muchos días en los que me pregunto si las mujeres somos idiotas, empezando por mi misma. Me explico: que tire la primera piedra aquella que nunca ha deseado cambiar algo de su cuerpo al ver a la clase de maniquíes que se ven en los medios de comunicación. Y es que, por mucho que nos hagamos las tontas, los cánones de belleza nos afectan, y no hay más que salir a la calle para darse cuenta.

Yo misma he sufrido las consecuencias de esta enfermedad en un lugar dedicado a la danza, al que asisto diariamente. Odio a esas personas que te quieren vender la moto, y se muestran amables, pero luego llaman gorda y fofa a cualquiera que no sea un palo. Luego nos extrañamos de oírlas vomitar o de comer sólo un caramelo en el día.
Con muchos de estos comentarios ayudamos a muchas jóvenes a entrar en un infierno del que desgraciadamente algunas no salen.

Por otro lado, están esas glamurosas pasarelas en las que las modelos lucen estrambóticos vestidos sobre cuerpos esqueléticos, a punto de caerse al dar un soplido, y a pesar de algo tan obvio siguen queriendo convencernos de que son de la talla 38...¿se ríen de nosotros? Pues eso parece, ya que la cosa sigue igual o incluso peor.


También me gustaría resaltar el tallaje de las tiendas de ropa para la gente joven. Me imagino que muchas se sentirán identificadas con esto: ¿alguna vez te has probado una talla 38, que es la que normalmente usas, y no te cabía ni el pie? o aún mejor, ¿querías comprarte unos vaqueros de la 40 y te das cuenta que toda la ropa de esa tienda es hasta la talla 38? Pues a mí me ha pasado, y no pocas veces la verdad.

Y es que, no sólo el negocio de la moda, sino toda la sociedad vivimos en un mundo de sueños y fantasía, donde parece que todo vale, y donde es más importante el aspecto que tenga una persona y el tipo de ropa que utilice, que sus capacidades y mentalidad. Lo que me extraña es que no nos hayamos vuelto locos ya.

Así están las cosas y quien no lo ve es porque no quiere verlo. Tendré la esperanza de que la cosa finalmente cambie, haya un poco de cordura y por fin se oigan los gritos sordos de ayuda de las personas afectadas.