jueves, 19 de noviembre de 2009

Resumen de Juan Cacho o un cacho de Juan

Esta es la historia de un treintañero, soltero y descuidado llamado Juan Cacho, que cada verano trabaja en la academia La Milagrosa bajo las órdenes de un jefe muy encogido con los sueldos, mientras vive en un piso normalito en el que lleva mucho tiempo sin ver el suelo ni el color de las ollas.

Todo parecía ser normal aquel verano: las clases de matemáticas y física a Ángel, su vecino de abajo, al que ayudará a vengarse de su primer amor, mientras promete cafés a su hermana Nieves, siempre dispuesta a tomarlos; sus cafecitos y demás comidas, si era posible darle ese nombre, en el bar de abajo el Dos Tercios del Quinto; las historias con el Dedos, su mejor amigo desde la infancia, que desaparecía cada vez que su oficio de carterista lo obligaba, y con el que todo era posible, desde la mayor borrachera recordada hasta la limpieza de su piso después de meses; las escapadas de su vecina y casera para evitar recordarle que no pagaba el alquiler desde hacía dos meses; sus vecinos aburridos e insoportables; el inicio de las clases de matemáticas en la academia o las visitas a su madre, recordando antiguas historias de su vida pasada en aquel barrio, mientras que ella se quejaba de la poca atención que recibía.

Pero todo esto iba a dar un giro inesperado para Cacho con la aparición en las clases de Amparo, una universitaria de ojos verdes y cuerpo esbelto que le haría perder la razón con su presencia y lo metería en algún que otro problema.

Por si esto fuera poco se verá inmerso en una investigación de pornografía, iniciada con el descubrimiento de unos vídeos sospechosos en casa de su vecino el repelente, en un posible asesinato de la mujer de éste y en un allanamiento de morada en toda regla para intentar descubrir la verdad.

Mientras que todo esto ocurre aumentará su amistad con Nieves, conocerá más y mejor al Dedos y volverá a su juventud ayudando a Ángel con los problemas típicos de la edad.

martes, 17 de noviembre de 2009

Prólogo de Juan Cacho o un cacho de Juan


Pueden surgir opiniones diversas sobre Juan Cacho, buenas, malas o incluso regulares, pero si de antemano buscas un libro con bellas palabras y grandes construcciones sintácticas, te aviso que no es el tuyo.

Juan Cacho es un hombre corriente, es nuestro vecino, ese hombre que está comprando una revista en el kiosco de la esquina, con el que chocamos por las escaleras del bloque o aquel que nos mira de reojo a través del cristal de su coche. Es cualquier persona que nos cruzamos cada día por la calle y que nunca recordaremos, porque jamás ha llamado nuestra atención lo suficiente como para fijarnos en él. Sin embargo, también es ese profesor por el que somos capaces de suspirar alguna vez, el amigo que nos ayuda en nuestros momentos más difíciles, como por ejemplo la borrachera del sábado, e incluso una buena persona con la que tomar café.

Si lo tuviera que comparar con alguien no tendría mas que salir a la calle y buscar un treintañero, soltero y con escasos ingresos para ver en él la viva imagen de la realidad de Cacho.

Seguramente encontrarás en Juan Cacho a un personaje que te recuerde a algo o a alguien, pues su encanto reside en su naturalidad.

Anímate a conocerlo...

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Microrrelato


El viento movía las hojas de los árboles y el sol calentaba lo justo. Había una cierta tranquilidad que a cualquiera hubiera puesto nervioso. Y ahí estaba yo, enfrentandome al momento que había evitado durante días, semanas y meses, el momento que me impedía dormir por las noches y estar despierta durante el día. Todo se había marchitado inevitablemente y era casi imposible remediarlo... Era el final.

Casi habían pasado nueve meses y nada había tenido sentido, lo intenté con todas mis fuerzas, pero a veces las cosas no salen como uno quiere, incluso salen aún peor. No podía creerme las palabras que oía de su boca, no podía creer sus gestos, su mirada cabizbaja, su tacto frío y distante,¡cómo habían cambiado las cosas!
Lo que empezaba con ilusión, acababa con desolación y yo no era capaz de impedirlo. Me había fallado, me había fallado, me había fallado, y no paraba de repetirmelo en mi cabeza. No había sido capaz de aguantar y me abandonaba sin luchar.

Y así, sin más, la primera lágrima cayó por mi mejilla.

Práctica de corrección

!Hola a todos! Por fin estreno mi blog de técnicas de comunicación oral y escrita.

Mi primera entrada será la corrección de la siguiente frase:

Un hombre el cual se le perdió su hija que era India. No sabía si la habían secuestrado o se la había llevado su mujer, pero la desesperación era grandísima. Al final se la encontraron muerta en un desván.

A continuación, la frase corregida:

Un hombre, el cual se le perdió su hija que era india, no sabía si la habían secuestrado o se la había llevado su mujer, pero la desesperación era grandísima. Al final, se la encontraron muerta en un desván.